
Cada satélite está compuesto de 4 partes: fuente de poder, control de acción, antena para transmitir y recibir información y, un sistema para recolectar información. Estas cuatro partes son necesarias para que un satélite artificial sea funcional; los satélites fabricados por el Hombre varían mucho en complejidad y van desde estaciones meteorológicas a la Estación Espacial Internacional.
Fuente de poder.
Control de acción.
Antena para transmitir y recibir informacion.
Sistema para recolectar información.

¿Cómo se mantiene un satélite en órbita?
Los satélites artificiales flotan en el espacio indefinidamente, incluso después de cumplir con su misión o tiempo de uso. Estos no caen gracias a dos cosas: su velocidad, que debe ser superior a los 8 kilómetros por hora, y la propia curvatura de la Tierra.
Los satélites tienden a caer de forma continua, pero gracias a la curvatura lo hará alrededor del Planeta, sin entrar nunca a la atmósfera, volviendo a su posición inicial. Los satélites pueden orbitar en diferentes zonas, las que varían según su distancia con respecto a la Tierra.
La ubicación de un satélite, depende del uso que se le quiere dar, generalmente los satélites de comunicaciones son los que están más lejos.
